"Hace pocos meses ha sido muy sonado el caso de un presunto caso de espionaje industrial dentro del departamento encargado del desarrollo del programa eléctrico del fabricante francés Renault, un caso que puso todas las miradas sobre el gigante asiático y que ahora vuelve a cobrar fuerza por la petición de un senador norteamericano para que el gobierno de Obama proteja la tecnología de sus fabricantes.
Ha sido Carl Levin, senador de Michigan que ha levantado la voz para llamar la atención sobre un caso que preocupa de forma especial en un país que parece comenzar a ver el resurgimiento de un sector que había caído en barrena los últimos años. Además otra parte de la denuncia pone el dedo sobre la llaga del proteccionismo chino que ha promulgado varias leyes destinadas a evitar la llegada de fabricantes norteamericanos a su mercado.
Según ha comentado el senador Levin "China se encuentra en proceso de elaboración de nuevas normas como parte de su "plan de Vehículos de Nuevas Energías" que busca avanzar en la producción de vehículos eléctricos híbridos y baterías en su territorio"
Y no es de extrañar el temor que deben tener los constructores occidentales ya que los progresos, aunque lentos, son imparables y el enorme superávit de caja que dispone el gobierno comunista permite a los fabricante disponer del capital necesario para crear en los próximos años, una nueva generación de coches eléctricos que a pesar de no poder competir en cuanto a niveles de calidad con las marcas tradicionales, si lo harán en cuanto a precios."
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